La Clínica Foscal Internacional es un hospital privado que ofrece una amplia gama de servicios de salud. Su infraestructura moderna y tecnología avanzada permiten brindar atención médica de calidad en diversas especialidades. El equipo de profesionales de la salud está comprometido con el bienestar de los pacientes, garantizando un enfoque integral y personalizado en cada tratamiento. La clínica se destaca por su atención al paciente y su capacidad para realizar procedimientos complejos, contribuyendo así al mejoramiento de la salud en la región.
Sitio web: http://www.foscal.com.co/
Cómo llegar
Dirección: Cl. 157 #20 - 94, Floridablanca, Santander, Colombia
Horario
Lunes a Viernes: De 7 am a 12 pm,
Sábado: De 7 am a 12 pm
Domingo: Cerrado
Reseñas de clientes
Ineficiente información a los familiares de los pacientes en cirugía, lo cual es bastante inhumano y poco empático. Instalaciones demasiado pequeñas o mal distribuidas, al pasar las camillas las estrellaban unas con otras y los pacientes no tienen suficiente privacidad ni para cambiarse. Poca atención y ni siquiera ofrecen comida ni agua a las personas recién salidas de cirugía (piden a los acompañantes subir comida). Poca atención de las enfermeras, al parecer por falta de personal. Salas desorganizadas que dan muy mal aspecto.
Mi hermana estaba en tratamiento con el Dr Diego Corso, realmente estuvo en seguimiento mucho tiempo por una lesión de mama que estuvo controlándose por más de dos años, con una primera intervención que no fue del todo bien, y que todo terminó por x o y, con un diagnóstico de carcinoma de mama triple negativo y desafortunadamente falleció con 43 años, dejando a su familia sola y derrumbada. Ella era una mujer que gestionó muchos proyectos sociales en Santander porque ese ere su trabajo en la Gobernación y en un tiempo en la alcaldía de Bucaramanga. Hay muchos matices en esta historia, pero sin duda la demora en las citas y escuchar (yo del otro lado del teléfono) como la secretaria le decía, “pues se tiene que esperar y solo hay para dentro de tres o más meses”, definitivamente es lo cruel en este relato. Mi hermana iba a suplicarle a la secretaria varias veces que por favor al menos le dijera al doctor que la masa está creciendo, que se inflamaba, que supuraba y esta señorita, que por cierto era muy desagradable (yo siempre al teléfono), le decía que no podía hacer nada y que tenía que esperar. Mi hermana siempre me decía, y qué tal que sea cancer? Como médico que soy le decía, tranquila, esperemos que si el médico no ha visto nada malo, pues esperemos a que te vuelva a valorar y confiemos en su criterio. A pesar de contar con medicina prepagada, tener acceso a especialistas de un cuadro médico, tener recursos (ojo, no me mal entiendan), esta demora en obtener las citas y recibir los malos tratos de la secretaria del Dr Diego, fue lo que nos hizo llegar muy tarde al diagnóstico; por la tipología de cáncer ya era muy malo; pero es que además, cuando se identificó ya había metástasis… Seis meses fue el tiempo en que esta enfermedad derrumbó el pilar de nuestra familia; el silencio ha reinado el último año en nuestras casas. Ya no somos los mismos. Pero no todo fue malo, el Dr Carlos Rojas, mi profe, con quien tuve el honor de rotar hace muchos años, abrazó a mi hermana y le ofreció todos los tratamientos disponibles y a la vanguardia… ese hombre siempre fue mi héroe y lo seguirá siendo. La Dra Ana (mastóloga), dispuesta a operar si el tumor reducía su tamaño; con su sonrisa siempre… La Dra Baquero, que nos apoyó con las imágenes de diagnóstico. Todo el equipo de enfermería y auxiliares, que eran súper amorosos con mi hermana, que la acompañaron hasta el último momento y la asearon porque ella pidió morir arreglada. Finalmente, agradezco a la Dra Sonia Ortiz quien fue una madre para mí hermana en esos últimos días. Reflexiones: mi hermana murió muy triste porque nunca pudo volver a ver a su médico tratante, entre tanto trámite, demora en las citas (facilitadas por la actitud desagradable de la secretaria) y hospitalizaciones, nunca volvió a ver al Dr Corso. Pongo en la reseña cinco estrellas para que se lea, para que llegue a quien debe llegar, para que sea visible y porque en general hay ángeles en ese lugar… Quiero que el Dr Rojas, la Dra Ana, la Dra Baquero y la Dra Ortíz, así como el equipo de enfermería y auxiliares (muy importantes ellos, de quiénes desafortunadamente no tengo nombres ‘héroes en la sombra’) reciban un saludo y un abrazo de agradecimiento de mi familia. A la secretaria del Dr Corso le deseo que le vaya muy bien en su vida, ojalá le muestren esta reseña y tenga el tiempo de reflexionar… Porque a pesar que pudo pensar que mi hermana era una paciente demandante, intensa o lo que sea que haya pensado; pues al menos con ser cortés, la historia sería distinta (seguramente no estaría aquí, pero se habría ahorrado el sufrimiento psicológico de estar semanas viendo como algo se salía de control y no podía hacer nada). Entiendo que el cansancio de estar de cara al público pasa factura, también le envío un abrazo y le pido que se ponga en los zapatos de los pacientes. Intenté contactar varias veces con atención al paciente para pasar las felicitaciones y las sugerencias; pero no fue posible… nunca me respondieron… así que lo dejo por acá…
Estuve buscando un internista en Santander para revisar mis problemas digestivos, y me recomendaron al Dr. Jaime Alberto Gómez. La consulta fue en el consultorio 805, en el Piso 8 de la clínica, y quedé muy satisfecho. El Dr. Gómez fue muy claro en su diagnóstico y las instalaciones eran muy cómodas. Después de seguir su tratamiento, he mejorado notablemente. ¡Gracias, Dr. Gómez!